Algunos les vieron en Moneda como esperan las faldas coloridas y los jeans azules..no son mas que recuerdos los que nos llevan allí.
Caminan al son de los acordes de Violeta y las cinceladas de Frida,
mientras tanto, el verano hace de lo suyo.
Ella piensa que a fin de cuentas así debe ser siempre, tan perfectamente imperfecto.
El la sigue, tal como ha sido todo el tiempo.
El resto es arte y 30 grados de calor, y mas de una promesa por supuesto...
Después de todo es lo único que permite que las primaveras sigan pasando.
Luego una estación cualquiera, con las decepciones y las explicaciones en su lugar.
Nada que un sándwich en Providencia no pudo sanar.. quisiera un café, hacia mucho calor.
Pero antes el banco cerca de la avenida es cuando y donde juran que la verdad es su bandera de guerra,
y no hay mas que miedo en la otra linea, solo la promesa les alimenta para seguir mas allá..
Entonces Santa Lucia el donde los quienes siguen pensando que lo imposible se amarra de color verde, como siempre...
Después en la última de linea 4 ella llora y no quiere pero le deja el corazón en sus manos o quizás en Estación Central.
Quien sabe... pero sus manos siguen atadas, luego uno cruza el río hacia el sur y el otro el valle, allí queda...
El resto es sabido, ella le dio todo, el se lo queda y lo echa todo a la hoguera para poder olvidar...
Y dejarlo todo como nunca debió estar.
Sonríen de vez en cuando y lo mira en sueños, el en cambio solo en su conciencia...
Y para olvidar, otros labios, un poco de cebada y tabaco también son remedio pero no bastan con la traición y el dolor a sus espaldas, mientras tanto ella solo quería olvidar.
Es otro día y un par de noches mas, después de todo, habrá otros quienes que repitan esta historia.